Luego de permanecer un mes con quince días en la ciudad de Santiago, víctimas sobrevivientes y familiares de una práctica religiosa violenta en la comunidad de Alto Terrón, en la Comarca Nagbe Bugle, regresaron a sus hogares con la confianza de recuperar la tranquilidad y la paz que siempre ha existido en esta apartada región del país, pero que por motivos aún desconocidos algunos residentes que decían practicar el cristianismo evangélico acabaron con la vida de manera cruel de siete de sus habitantes entre ellos varios infantes desde dos años de edad y una discapacitada, situación que conmovió a la comunidad y a todo un país.
Efigenia Valdez, una las sobrevivientes de esta tragedia, dijo sentirse muy agradecida con Dios, porque según los reportes médicos indicaban que perdería la vista, pero tenía fe en que volvería a ver a sus familiares como en efecto lo hizo a su llegada al lugar y esta recuperada en su totalidad de todos los golpes que recibió en aquella ocasión que prefieren no recordar.
De igual forma dos hermanos de Efigenia, se libraron de estos agresores y sobrevivieron a los golpes y quemaduras quienes fueron las más afectados durante aquella trágica noche, pero lograron rescatarlos y se encuentran recuperados de salud.
Evangelisto Santos, cacique local, manifestó, que el lugar donde se registraron los hechos, está prohibido el ingreso de cualquier morador ya que hay un proceso de investigación por un periodo de seis meses, por lo que no pueden desaparecer ninguna prueba, hasta que culminen las mismas, pero a futuro será demolida en su totalidad y no rescataran ningún tipo de material ya que lo consideran como un área sangrienta y de pésimos recuerdos, a pesar que es una propiedad de los supuestos pastores y familiares que participaron de la masacre, lo pondrán a disposición del gobierno para algún proyecto que necesite la comunidad.
Este medio tuvo acceso al área donde se practicaron los ritos religiosos en la iglesia denominada “Iglesia de Dios, fuente de Salvación”, como aún permanece nombrada entre las paredes de madera, y se pudieron observar tres viejos caserones de quincha, parecía ser que existía un lugar de dormitorio, una cocina y la zona de oración con algunas bancas y otras pertenencias de las víctimas, como ropa, zapatos de niños, las biblias todas dañadas, como también artículos que eran sacados de las viviendas de manera obligadas para usarlas supuestamente de ofrendas.
Santos, señaló que antes pasaban caminos cerca de esta supuesta iglesia que ya tenía más de ocho años de radicada en Alto Terrón, de uso publico para ir hacia los montes a cosechar la comida, pero ahora todo paso cercano al lugar ha sido clausurado, pues los moradores aún les atormenta esta situación.
Agregó que ha sido muy positivo el ingreso de unidades de los estamentos de seguridad, ya que les ha permitido están un poco tranquilos, y le habilitaron un espacio dentro de la comunidad para instalar un pequeño cuartel, pero solicitan que este apoyo sea permanente, pues temen otra tragedia.
Otras necesidades.
Genaro Virola, es promotor de la Salud, en esa región, explica que nunca han contado con un proyecto de gobierno en tema de salud, viviendas, calles y educación entre otras, y que esta coyuntura de las autoridades con los moradores sea para que les resuelvan parte de estas necesidades, que luego del apoyo brindado a las victimas también les brinden un seguimiento ya sea particular o comunitario.
Por su parte Itzela García, Directora Regional del MIDES, indicó que durante la estadía de estas personas se les apoyo con los alimentos y enseres de primera necesidad y aseguró que las necesidades serán atendidas con las demás instituciones gubernamentales.
El traslado se realizó vía aérea con el apoyo del Servicio Nacional Aeronaval y el MIDES, donde por este caso hay diez personas detenidas.