Cada 9 de junio, desde hace 53 años, el distrito de Santa Fé cabecera se convierte en el epicentro de recordación del Padre Jesús Héctor Gallego.
Y es que todos los años, son cientos de personas que salen de sus comunidades a participar de las diferentes actividades que se realizan en memoria del sacerdote colombiano que fue secuetrado un 9 de junio de 1971.
Edilma Gallego, hermana del padre, dijo que a lo largo de todos estos años se ha sentido muy contenta al igual que su familia, por el cariño y aprecio que los santafereños siempre han demostrado hacia el sacerdote.
Señaló que cada muestra de admiración y respeto es parte de ese legado que dejó el padre Héctor, la cual como formación familiar, siempre compartió lo que tenia con los demás, igual se preocupaba por la desigualdad y los índices de pobreza que existían en aquellos tiempos, por ende hizo ese trabajo de que los pobladores salieran a defenderse y tener su propia economía, todo esto lo han agredecido las pasadas y actuales generaciones.
Audilio Aguilar, obispo de la diosesis de Veraguas, testifica que la precencia de Jesús Héctor Gallego, permanece en la iglesia, ya que a 53 años, la comunidad cristiana sigue practicando ese legado.
Pero, hay mucho por hacer, sostuvo Santiago Mendoza, morador del distrito de San Francisco, ya que aun hay muchas necesidades en las comunidades, falta de carreteras, acceso a los servicios básicos de salud, agua y electricidad, qué probablemente era la visión del sacerdote, que las comunidades se desarrollarán para bienestar de las familias.
En tanto Jacinto Peña, personaje que forma parte de la historia del padre Héctor, ya que fue el último en escuchar como lo sacaban de la choza donde vivía, dijo que la incertidumbre sigue siendo la misma de hace 53 años, de saber de su paradero, donde no se han resignado qué en algún momento se pueda saber la verdad de lo que sucedió y quienes estuvieron involucrados.
Entre las actividades para commemorar un aniversario más, fue la caminata desde Las Trancas, donde se describe en las estaciones la vida del sacerdote, la misa central y un acto cultural por parte de la cooperativa Esperanza de los Campesinos, proyecto insigne del padre Héctor.