DENUNCIAN OLA DE HURTOS

Las comunidades de San Juan y San José en el distrito de San Francisco de La Montaña, provincia de Veraguas, se han convertido en tierra de nadie, puesto que los delincuentes han desatado una ola de hurtos sin respetar iglesias, escuelas y comercios. 

     El último caso se dio esta semana cuando los ladrones aprovechando la falta de vigilancia hicieronde las suyas y perpetraron dos hurtos en perjuicio de la escuela primaria y el Instituto Profesional y Técnico Jesús Héctor Gallego

      La acción delictiva fue cometida en la oficina de la dirección de la escuela primaria en donde los maleantes rompieron puertas y ventanas y sustrajeron una computadora portátil, un proyector multimedia, una cámara fotográfica y otros bienes. 

       Aprovechando la nula presencia policial en el sector y la no existencia de un vigilante en los predios del plantel, también se introdujeron en la despensa de cocina del IPT Héctor Gallego de donde también hurtaron otros artículos aunque no se ha precisado el monto de las pérdidas. 

           Dania Atencio, docente del IPT Héctor Gallego, expuso que esta acción delictiva es solo parte de la ola de hurtos que se está viviendo desde hace algunos meses en los poblados de San Juan y San José de San Francisco. 

             «Hace una semana asaltaron un minisuper de la misma comunidad y ahora vinieron contra las dos escuelas», dijo la educadora. 

              Atencio hizo el llamado a la Policía Nacional para que refuerce la vigilancia en la zona y se hagan los esfuerzos por establecer una subestación policial de manera que se ponga un freno a la delincuencia. 

                 Por su parte, el comisionado Gustavo Cogley, jefe de la PN en Veraguas, informó que en el caso del hurto a las escuelas ya la DIJ inició la investigación del caso para determinar algunas pistas y dar con el paradero de los delincuentes. 

                 Hace aproximadamente un mes y medio, el párroco del sector Marcelino González, denunció que también fue víctima de los ladrones que destruyendo puertas se metieron en la casa cural de la parroquia San Juan Pablo II de donde hurtaron parte del dinero de la colecta y algunos artículos personales. 

                 “La comunidad ha pedido hace rato pero sin éxito una reunión con la policía para coordinar acciones y poner un freno a la delincuencia que azota la región”, concluyó el sacerdote.